Cuando nos enfermamos y aparece la fiebre, una de las grandes dudas es si la infección es causada por un virus o por una bacteria. Distinguir el origen de la fiebre es importante porque el tratamiento puede ser muy diferente en cada caso. Las infecciones virales (causadas por virus) no se tratan con antibióticos y generalmente son autolimitadas, mientras que las infecciones bacterianas sí pueden requerir antibióticos para su curación. A simple vista no siempre es fácil diferenciar una fiebre de origen viral de una bacteriana, pero existen ciertas pistas y características que podemos observar.
Causas virales vs. bacterianas
Una fiebre viral es aquella provocada por una infección con algún virus común (por ejemplo, los virus del resfriado, influenza/gripe, etc.). Estos microorganismos tienden a generar síntomas generalizados: congestión nasal, tos, dolor de garganta leve, malestar corporal y fiebre generalmente moderada (por lo común, inferior a 39 °C). Los virus se replican dentro de las células del cuerpo y la mayoría de las infecciones virales se resuelven por sí solas en pocos días gracias a la respuesta inmune, y con analgésicos y/o antigripales que ayudan a mitigar los efectos de los síntomas.
Por otro lado, una fiebre bacteriana indica que el organismo está combatiendo una infección causada por bacterias (como una neumonía bacteriana, una amigdalitis estreptocócica, una infección urinaria, etc.). Las infecciones bacterianas suelen provocar una respuesta más localizada y a menudo más intensa: pueden presentarse con fiebre alta (igual o por encima de 39 °C), inflamación, o dolor en la zona afectada (por ejemplo, fuerte dolor de garganta en una faringitis bacteriana, o dolor de oído en una otitis) e incluso signos como pus o secreciones anormales. En resumen, las infecciones virales suelen afectar a múltiples áreas del cuerpo con síntomas leves o moderados, mientras que las bacterianas tienden a causar síntomas más localizados y una fiebre más elevada.
¿Cómo distinguir la fiebre viral de la bacteriana?
Existen algunos indicadores clínicos que pueden orientar la diferencia:
- Duración de la fiebre: Las fiebres virales generalmente duran pocos días (3 a 5 días) y tienden a remitir conforme el cuerpo elimina el virus. En cambio, una fiebre que persiste más allá de 5-7 días, o que inicialmente baja y luego vuelve a subir, puede sugerir una infección bacteriana o una complicación que debe evaluarse. Por ejemplo, en un resfriado viral la fiebre suele ceder antes de una semana, mientras que en una sinusitis bacteriana la fiebre alta puede prolongarse más de 3 días seguidos.
- Intensidad de los síntomas: Como se mencionó, las infecciones virales suelen ocasionar fiebre más baja o moderada y síntomas distribuidos (mocos, tos, dolores musculares ligeros). Las infecciones bacterianas a menudo presentan síntomas más severos o focalizados. Si hay un punto del cuerpo con dolor intenso, enrojecimiento o secreción (por ejemplo, una garganta muy enrojecida con placas de pus, un oído con supuración, o una herida infectada con pus) acompañado de fiebre alta, es más probable que el origen sea bacteriano.
- Respuesta al tratamiento inicial: Las infecciones virales no responden a los antibióticos. Si una persona toma antibiótico inapropiadamente y la fiebre no cede, es posible que la causa fuera viral (o que el antibiótico no era el correcto, en caso de bacterias resistentes). ¡Atención! No se deben usar antibióticos a menos que un médico los recete, pues en infecciones virales no solo son inútiles, sino que contribuyen a la resistencia bacteriana. Por el contrario, cuando la fiebre tiene origen bacteriano y se administra el antibiótico adecuado, suele observarse una mejoría significativa en 24-48 horas.
- Síntomas específicos: Ciertos patrones sugieren origen viral, como la combinación de fiebre + mocos + tos + dolor de cuerpo (típicos de la gripe o resfriado). En cambio, fiebre + dolor localizado intenso (por ejemplo, abdominal en apendicitis, o urinario en cistitis) sugiere infección bacteriana en ese órgano. También las infecciones bacterianas pueden causar síntomas como escalofríos intensos y sudoración profusa junto con la fiebre, más que muchas infecciones virales.
Es importante señalar que estas son
reglas generales y siempre hay excepciones. Por ejemplo, la influenza (gripe) es un virus que puede dar fiebre muy alta, y algunas infecciones bacterianas pueden cursar con fiebre moderada. Por eso, si la fiebre es muy alta, persistente, o los síntomas son preocupantes,
lo más seguro es acudir al médico. El profesional podrá realizar pruebas (como análisis de sangre, cultivos, radiografías) si es necesario para identificar la causa exacta de la fiebre y así indicar el tratamiento apropiado.
En resumen, las
fiebres virales suelen ser parte de cuadros gripales o virales que se resuelven con cuidados básicos (reposo, hidratación, control de la temperatura con
medicamentos antipiréticos si hace falta), mientras que las
fiebres bacterianas pueden indicar infecciones que requieren tratamiento específico (antibióticos). Ante la duda, es preferible buscar asesoramiento médico para evitar complicaciones y usar medicamentos de forma adecuada.
Fuentes:
- Hospital Angeles. Diferencias entre infecciones virales y bacterianas. (Blog Salud, 2023) – blog.hospitalangeles.com/posts/diferencias-entre-infecciones-virales-y-bacterianas
- Mayo Clinic. Infecciones bacterianas vs. virales – diferencias. – mayoclinic.org/es/diseases-conditions/infectious-diseases/expert-answers/infectious-disease/faq-20058098